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- Título: Alicia en el País de las Maravillas
- Título original: Alice in Wonderland
- Autor: Lewis Carroll
- Editorial: Alianza Editorial
- Traducción y prólogo: Jaime de Ojeda
- Saga: primera parte
- Año: 2010
- Encuadernación: Tapa blanda (bolsillo)
- Páginas: 192
- Precio: 9,95€
Escrito en 1865, "Alicia en el
País de las Maravillas" es una obra que con el correr del tiempo se ha
liberado de su estrecho ámbito original, vinculado a la literatura juvenil,
para convertirse en un clásico de la literatura. Popularizado por las decenas
de versiones que de él se han llevado a cabo, el relato que el reverendo
Charles Dodgson, verdadero nombre de Lewis Carroll, escribiera para la niña
Alicia Liddell, de diez años, es un delicioso entramado de situaciones verosímiles
y absurdas, metamorfosis insólitas de seres y ambientes, juegos con el lenguaje
y con la lógica y asociaciones oníricas que hacen de él un libro inolvidable
que habría de tener una secuela equiparable, cuando no superior, en
"Alicia a través del espejo".
Desde
que era pequeña, Alicia en el País de las Maravillas ha sido una novela que
rondaba por mi mente y por mis miles de listas de <<libros que quiero
leer>>. Mi amor por Alicia se
lo debo a mi trabajo de investigación sobre ambas novelas de Lewis Carroll (Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo), y sobre todo a Disney; aunque haya
gente que diga que es una espantosa adaptación, a mí me vuelve loca. Y no es
menos, ya que a lo que te induce esta novela es a la locura.
Sus
páginas están llenas de disparates y absurdos personajes que te confunden y te
sacan de quicio (como le pasa a la protagonista, Alicia). En varias ocasiones
tenía que volver a releer algún párrafo para entenderlo mejor o para ver si me
había saltado algo importante ya que lo que venía a continuación no tenía
ningún sentido. Y es que no puedes intentar buscarle la lógica, no puedes
psicoanalizar la obra, simplemente tienes que disfrutar de la difusión mental
de las diferentes historias paralelas que te dan.
La obra
tiene un punto onírico fascinante que hace que, a pesar de todos los sinsentido
y todas las locuras, al final, tengan sentido dentro del mundo de los sueños,
puesto que todos nosotros alguna vez hemos soñado cosas que ni siquiera sabemos
cómo explicar. Carroll consigue poner
orden a los sueños de una niña y encima hace que sean “maravillosos”.
Durante
la lectura, te das cuenta de que hay muchísimos juegos de palabras que en la
traducción se pierden o no expresan aquello que el autor pretendía. Es por eso
que decidí comprar una edición con notas del traductor para que pudiera aclarar
aquello necesario.
Alicia en el País de las Maravillas es ante todo una novela infantil que
atrapa a los adultos por su ingenio, sus personajes y su forma de
expresarse. Por eso se ha convertido en una
de las obras literarias británicas más importantes y conocidas (y uno de
mis libros favoritos), y es que ¿quién no ha oído hablar del Sombrerero Loco,
de la Liebre de Marzo o del Conejo Blanco?